Reflexiones de año viejo y año nuevo: "La Iglesia, ¿conservadora o progresista?"


Cuando fue elegido nuestro actual Papa, Benedicto XVI, las expectativas se desbordaron como siempre ocurre en estos casos.

Las redacciones de los medios informativos sufrieron un frenesí en torno a este hecho: se hicieron entrevistas, se dio opiniones, se “descubrieron” sus escritos, homilías; se realizaron visitas el lugar de su nacimiento, se indagó sobre su vida familiar y personal, su posición dentro de la Iglesia, su relación con el Papa Juan Pablo II, su “simpatía” dentro de la curia romana, se cotejó sus diferencias con los otros cardenales “papables” e incluso se trató de adivinar cómo se desarrolló su elección…. En fin, se analizó, en un amplio sentido, al nuevo sucesor de San Pedro.

He visto, y leído, tertulias en las que ha intervenido toda una gama de analistas y críticos de este hecho: teólogos, cristianos, políticos, creyentes no practicantes y personas que se “confesaban” ateas o escépticas a toda creencia. Todos ellos tomaron interés en querer dar a conocer su postura.

De todo lo leído, y oído, en los días que precedieron su elección, me llamó la atención unas reseñas en las que se consideraba al nuevo Papa como “encasillado”, como conservador o guardián de la ortodoxia ( conformidad con la doctrina fundamental de la Iglesia) y, por tanto, no progresista y alejado de la realidad actual de la sociedad.

Hay quienes, para reafirmar este criterio, pasaron a considerar que su homilía, en la misa previa al conclave, fue una campaña para que se tuviera en cuenta su elección. En dicha homilía, el entonces cardenal Ratzinger había desarrollado un programa de intenciones: dar la batalla a la modernidad, en lo que llamó “la dictadura de la relatividad” (periódico El Día, miércoles 20 de abril-página 5)

Tampoco faltaron quienes, para reafirmar su postura, indagan incluso en su pasado y así hacen especial énfasis de que, en su juventud, perteneció a las juventudes hitlerianas cuando fue llamado al servicio militar.

Luego, en varios cambios de opiniones en grupos, tertulias o mesas redondas e informaciones….. aparecen, en esos días resaltadas, palabras que, a lo largo de mucho tiempo y por diversos motivos, son temas de atención general, referentes a la Iglesia: “conservadurismo”, “progresismo”, “apertura”, “modernidad”……

Mi opinión particular en lo poco que conozco, siendo mi didáctica muy deficiente, es que el uso de uno u otro término viene más dado por el criterio personal, del que los utiliza, bien para reafirmar su postura o para rebatir el pensamiento del oponente.


He aquí, pues, el tema central de mi reflexión: EN LA ACTUALIDAD, ¿LA DOCTRINA DE LA IGLESIA CATÓLICA DEBE SER PROGRESITA O CONSERVADORA?.

Recuerdo que en aquellos días, en reuniones familiares, amigos o de antiguos compañeros surgió el nombramiento del nuevo Papa. Cuando pidieron mi opinión lo único que puede responder es que “no le conocía”. De él apenas sabía lo que se había transmitido por los medios informáticos . De lo que si estaba seguro es de que el Espíritu de Dios obraría en él. Luego surgieron otras opiniones. Vinieron los “dimes” y “diretes” y, en medio de todo, se dejó sentir las mismas palabras: ”conservador”. “poco aperturista”, “nada adecuado a lo que pide la sociedad actual”, “no es progresista”….

Cuando ya se llegó a este momento mi voz, en reflexión personal, se deja oír para preguntar a unos y a otros:

- ¿Por qué no es progresista?.....Contestaciones inmediatas:

a) Discrimina a la mujer al no considerarla igual para el sacerdocio.

b) Rechaza el matrimonio entre homosexuales y lesbianas.

c) No autoriza el uso del preservativo.

d) Se declara en contra del divorcio.

e) No es abierto al aborto y eutanasia en determinados casos.

Otros….., callan y no dan respuesta. No sé si es por acuerdo tácito con lo que otros dicen o porque dudaron en sus criterios.

-“ Si eso es ir contra el progresismo……. ¿quién asegura que ese progreso favorece la realización plena de la sociedad no llevándola al caos o a su destrucción?

Aquí las vacilaciones y respuestas fueron varias, pero hay una que prevalece sobre las demás:

” la Iglesia debe acercarse al pueblo para que las iglesias no se queden vacías y además estar cercana a las inquietudes del pueblo, sobre todo de los jóvenes.

Mis pensamientos se desenfocan y una Iglesia nueva surge en mi mente:” una Iglesia más graciosa, más negada de sí misma y más voluble en su doctrina que estará marcada por las inquietudes de la sociedad que se vive”….. “Actualizar” el mensaje de Cristo “matizando” la esencia del mismo. Pero, además, basando el raciocinio del cambio en mensajes falsos o que den lugar al capricho u opiniones de cada uno. Quiero pensar….. y vuelvo a la realidad para analizar mi postura:

· ¿La Iglesia cristiana discrimina a la mujer?.....Veamos algunos casos en los que se desmiente esa tesitura:

- ¿Por qué no leemos la 1ª carta de San Pablo a los Corintios 7,1-40

- ¿Nos interesamos por las encíclicas escritas por los Papas a lo largo de la historia de la Iglesia en este sentido?

- El que Jesús tuviera en cuenta que sus primeras apariciones, después de la resurrección, fuese precisamente a las mujeres para llevar la noticia a los apóstoles…… Mateos 28,1-19

- El que haya mujeres con el título de doctoras de La Iglesia.

- Las alabanzas que, Dios-Padre, pone en boca de María para su exaltación en el Magníficat……Lucas 1,39-56 dejan sin valor cualquier argumento en este sentido.

*¿Rechaza a los homosexuales y lesbianas?

No es este el criterio de la Iglesia que, en todo momento, respeta a la persona y por tanto su libertad y opción de vida.

Dejemos claro que la Iglesia lo que sí está en contra es del uso de la palabra matrimonio entre homosexuales y lesbianas por lo que lleva de por si, como connotación histórica en todos los ambientes y creencias. Dejando esto claro, la Iglesia tampoco está en contra de los derechos civiles que correspondan a sus uniones. Lo que no le priva de dar su opinión acerca de lo que ello comporta en la sociedad.

Si se manifiesta en contra de la adopción, es en defensa de la libertad del niño adoptado puesto que se le coloca en una educación familiar en la que no diferencia y percibe la complementariedad, en todos los sentidos (físicos y psicológicos) entre hombre y mujer.

Desde hace tiempo observo que, en esta sociedad, la palabra sacrificio es rechazada y eludida porque lo importante es lo fácil ligado con el pasarlo bien.

Hoy lo fácil es usar el preservativo, el uso de la píldora, de difundir entre niñas de ¡12 años! el uso de píldora del “día después” (abortiva)…….

Lo de educar en una sexualidad sana (de acuerdo con la edad psicológica del ser), con respeto al cuerpo propio y ajeno, la castidad o la continencia periódica, en otros métodos de investigación….. ya se considera trasnochado. Ni siquiera se entra en la consideración de una familia que prioriza su esfuerzo en la consecución de unos objetivos materiales regulados por una sociedad que, cada vez más, les esclaviza.

Y como la Iglesia preconiza la sexualidad sana, se le achaca de anticuada y antisocial. Ni siquiera se tiene en cuenta, por ignorancia o porque “no interesa decirlo”, que la Iglesia puede, en determinados casos, guiados por la recta conciencia de la pareja, estar de acuerdo el que se use algunos de esos métodos antinaturales: enfermedad, peligro de la madre, imposibilidad del uso de un método natural……)

*¿Cómo puede la Iglesia ser propagadora del mensaje de Cristo y, al mismo tiempo, ir en contra de las palabras del Hijo de Dios?. Veamos algunas citas evangélicas:

- “Hombre y mujer los creó, por eso dejará el hombre a su padre y madre y se unirá a su mujer formando una sola carne”. Marcos 10,2-12.

- “Si un hombre abandona a su mujer y se une a otra cometerá adulterio”. Mateo 5,27-32

- Si todavía no lo entendemos leamos la 1ª carta a los Corintios 7,1-40

¿Está claro?...... La Iglesia dice NO al divorcio con palabras de Cristo.

Otro caso es la separación de la vida conyugal, de la pareja, por conflictos de convivencia. De eso habla también la Iglesia y existen documentos sobre ello.

* ¿Aborto y eutanasia en determinados casos?

¿Y quién es el hombre para disponer de la vida que sólo Dios ha creado con la colaboración del hombre?.

Una cosa es prolongar la vida artificialmente y otra es provocar su destrucción.

Nuestra ley civil permite el aborto “legal” ante de los tres meses.

La ciencia ha demostrado que, desde el momento de la concepción hay vida….Si hay vida y se elimina……¿no se ha producido un asesinato?

¿Qué prerrogativas “legales” pueden inducir a que en tres meses menos un día no hay una persona en el útero y en tres meses y un día si la hay?.

Los hombres “legalistas” juegan a ser dioses y por ello ya están siendo juzgados para la eternidad.

Una cosa es que fracase una vida por intentar salvar dos (caso de una madre, en gestación, en peligro de su vida) o del intento de mejorar su nivel de vida (caso de ancianos en extrema enfermedad) y otra cosa es eliminar una vida porque no es deseable: (asesinato o suicidio).

Largo sería tratar cada uno de estos puntos en su profundidad. El espacio, mi falta de formación y mi limitada inteligencia me llevan sólo a expresar lo que siento, he vivido y quiero seguir viviendo porque son valores que me han llevado a ser como soy, a conservar mi amistad con el Dios en que creo y a ser sensible con los que me rodean valorando sus sentimientos, sintiéndome solidario y valorando el esfuerzo que se hace por conseguir una sociedad menos egoísta y más dada al plan salvador de Cristo.

Sé que, a otros, les será más fácil rebatir mis argumentos. A ellos también les respeto aunque no comporta sus juicios.

Por ellos rezo. Espero que ellos también respeten mis criterios y recen por mí.

Patricio García Ramos

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