domingo, 12 de mayo de 2013

La familia: una gran lección de solidaridad

En un intento de ser positivos y buscar el “lado bueno” a la crisis económica que tanto daño está causando en nuestro país, sin duda se puede afirmar que la familia española ha dejado patente su gran fortaleza ante cualquier adversidad.

Vivimos en familia el 98% de la población española. A pesar de que en años anteriores las medidas políticas llevadas a cabo por el gobierno de Zapatero, y que muchos calificaron como de “anti familiares” -reforma de la ley del aborto, la inoperante ley de dependencia, los matrimonios homosexuales, el divorcio exprés, el quita y pon del cheque bebé...- no han acompañado mucho a la solidez de esta institución, lo cierto es que la familia ha dado en nuestro país una gran lección a la sociedad desde el comienzo de la debacle económica.

Ha dado claras muestras de que es capaz de sostener a todos sus miembros ofreciendo soluciones allí donde apenas llega el Estado. Algunos defensores de esta institución han llegado a afirmar que en plena crisis “la familia es la que saca las castañas del fuego a los políticos que no saben cómo garantizar con recursos públicos la subsistencia a todos los desposeídos de sus medios de vida”.

Recurso de resistencia
En nuestro país, la solidaridad intrafamiliar ha sido el mayor recurso de resistencia de la población afectada por el desempleo y la quiebra del patrimonio doméstico. Con más de seis millones de parados y cerca de dos millones de familias en las que todos sus miembros están en paro, son muchos los jóvenes que, tras convertirse en un suma y sigue en las listas del INEM, han tenido que abandonar su idea de independizarse y volver al hogar paterno que les vio crecer.

Otros tantos matrimonios han descartado la idea de tener más descendencia e, incluso, de retrasar la llegada de un primer hijo...

En definitiva, la institución familiar sigue acogiendo a los jóvenes excluidos del mercado laboral, a los parados de larga duración de más de 45 años sin perspectiva de encontrar un trabajo, a los dependientes a los que no les llega ninguna ayuda pública, etc. Es la encargada de estirar la pensión del abuelo o el sueldo del único familiar que trabaja para que todos puedan comer.

Según el último barómetro publicado por The Family Watch, el 60,2% de los entrevistados declara tener un familiar cercano sin empleo y el 53,4% afirma que su calidad de vida ha disminuido mucho o bastante en el último año. Pero destaca que la práctica totalidad de los españoles (el 96%) considera a la familia como la institución que soporta en mayor medida el peso de la crisis, y es la más valorada. Es decir, frente a la crisis, mayor apoyo y unidad familiar.

En esta misma línea, el 96% también afirma que en esta crisis la familia cobra vital importancia, los lazos se estrechan y esta institución se convierte en un colchón económico y anímico.

Percepción positiva
En los jóvenes, este proceso de desemancipación y abandono de proyectos de vida en común está produciendo un efecto secundario: incrementa en ellos su percepción positiva de la familia. El 50% de lo jóvenes -tal y como apunta un informe de la Fundación Mujer Familia y Trabajo realizado en colaboración con la Universidad Camilo José Cela- declaran que son más felices en sus familias que en su vida personal y/o universitaria, lo que demuestra que la familia sigue siendo el pilar que sostiene la sociedad actual, el lugar al que volvemos siempre cuando hay un objetivo que no funciona. Una institución que, lejos de estar obsoleta y pasada de moda, es referente para las generaciones futuras.

Del mismo modo, la familia estable está soportando la dependencia de nuestros mayores y enfermos, debido a la falta de apoyos por parte de la Administración y entidades privadas, y quiere desempeñar esta tarea en condiciones normales.

En España, un 45% de los mayores viven en pareja y un 32% viven con sus hijos u otros familiares. Apenas un 20% de las personas mayores viven solas y un 3% en residencias. Los abuelos no dependientes también están demostrando una gran empatía y solidaridad con los suyos. No son pocos los casos de mayores que han abierto de par en par las puertas de sus casa para acoger a hijos y nietos asfixiados por las hipotecas y la pesadilla del paro. Además de abrir la hucha de sus ahorros, son los encargados de ir a llevar y buscar a sus nietos al colegio y hacer de canguros para que los padres puedan ir a trabajar, o a buscar un empleo.

Según datos recientes, la proporción de abuelos españoles que cuida de sus nietos es de uno de cada cuatro (el 22,07%), la mitad de ellos casi todos los días y el 45% casi todas las semanas. Es más, algunos estudios señalan que la crisis ha devuelto un papel “protagonista” a los abuelos y que al recibir a sus familiares en casa y estrechar vínculos o al pasar a ocuparse de sus nietos, se sienten más útiles por lo que mejoran su sensación de bienestar.

Aun así, no son pocas las voces que consideran que son necesarios mayores esfuerzos y mecanismos, fundamentalmente por parte de la Administración, para incentivar la estabilidad de esta institución, así como más apoyo a los cónyuges en sus esfuerzos por sacar adelante a su matrimonio y a sus hijos. http://www.thefamilywatch.org/tfw/tfw-0262-es.php

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